jueves, 27 de noviembre de 2014

[COMUNICADO DE CNT VALLADOLID] LA MEMORIA Y LA DESMEMORIA

Con motivo de la celebración del evento que tendrá lugar hoy organizado por la «Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica», CNT Valladolid expone sus razones por las cuales declinó la invitación a participar.

El pasado 22 de Octubre este sindicato recibió una carta remitida por Julio del Olmo, presidente de la ARMH (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica), para que nuestra organización asistiera y apoyara un acto de presentación de un libro que recoge los nombres de los hombres y mujeres que fueron víctimas de la represión franquista en la provincia de Valladolid.
En la misma se nos informaba que otros colectivos sociales estaban invitados para la presentación, así como diversas instituciones e individualidades. Nos informaron también que se contaba con el teatro Zorrilla como lugar donde desarrollar el evento. Este acto serviría además de para presentar dicho libro, como homenaje a las víctimas de la represión franquista por los colectivos presentes y la parte de la sociedad vallisoletana que se acercara.
Se nos informa por teléfono de que en el homenaje intervendrán Manuel Sierra, el escritor Carlos Aganzo y el propio presidente de la ARMH. También que el acto contará como símbolo central, con una bandera republicana de aquella época, dándo a entender que engloba a todas las víctimas del franquismo. CNT no puede estar a favor de esto pues es un error histórico, nuestras víctimas no luchaban por el orden republicano sino por la revolución social. Referencias históricas hay de sobra para entender esta cuestión.
Pensamos que un acto así debería de haber contado al menos con todas las asociaciones memorialistas que existen en la provincia con una trayectoria de años. Muestra de ese trabajo son los homenajes realizados en Tudela de Duero o Traspinedo, donde militantes de este sindicato colaboraron activamente y donde por consenso se dejaron las siglas de las organizaciones en un segundo plano. El motivo entre otros fue que se quiso evitar intereses ajenos de cualquier tipo al acto convocado. Esto que no parece importante lo es, pues es más fácil trabajar entre iguales individualmente, aportando todos bajo una misma causa, que con organizaciones que dicen defender unos valores y unas ideas que en la realidad no llevan a cabo. El conglomerado de siglas, entendemos, es una forma de utilizar a una parte de las personas e ideas que sufrieron la persecución en la guerra y la dictadura, personas que en ningún momento luchaban por el estado sino por la justicia social. Una organización como la CNT se debe a las víctimas, por supuesto, pero en especial a las ideas que estas defendían que en muchos casos eran su razón de ser.
Por lo tanto queremos decir abiertamente que la CNT “como organización” no puede sumarse a un acto para el que sólo ha sido invitada para figurar, ya que en ningún momento se ha planteado a este sindicato, por medio del portavoz de la ARMH, poder participar y organizar dicho acto y menos dejar hablar a este sindicato, pese a ser una de las partes implicadas de lo que hoy se viene a llamar Memoria Histórica.
Está claro que la CNT ha confluido y confluye durante su larga presencia en la ciudad de Valladolid (más de un siglo) con distintas organizaciones de ideología diferente a la nuestra. Pero en esta ocasión no sólo nos niegan la voz (motivo suficiente para no apoyar ese acto) sino que nos ponen a la altura de organizaciones que han traicionado una y otra vez los principios que dicen defender, siendo no ya meras discrepancias sino enemigos declarados de los trabajadores por su pleitesía al estado y al sistema económico que lo sustenta.
La Ley de Amnistía de 1977 aprobada por el PSOE, PCE y con el apoyo de sus entonces brazos sindicales, es una ley de punto final que sirve para sujetar una democracia coja que olvida y oculta crímenes contra la humanidad. Sentarnos con los culpables de la fractura del movimiento anarcosindicalista sin poder señalar la injusticia cometida con nuestra organización, es un insulto para nuestra memoria y las victimas que dieron su vida bajo la bandera rojinegra. Es un agravio contra los procesos abiertos, tanto contra la dictadura, como de los sucesivos gobiernos, que no se han dignado a devolver íntegramente el inmenso patrimonio expoliado a la CNT (casualmente a otras centrales sindicales sí que se lo han devuelto…..).
No fue la CNT la que asumió la bandera actual, la que ayudó a subir al heredero del dictador y se aprovechó hasta la saciedad del sistema continuísta. No es la CNT la que firmó los pactos de la transición que son el puntal de las miserias actuales. No es la CNT la que ha firmado todas las reformas laborales que han empobrecido a la clase trabajadora y tampoco es la CNT la que tapa sus miserias a golpe de bandera republicana, ni la que utiliza ésta ni otra bandera con fines electoralistas.
En este contexto de impunidad total y de expolio contra el pueblo trabajador, CNT se ha personado como denunciante en la querella argentina contra los crímenes del franquismo aportando miles de nombres de sus militantes represaliados, testimonios y declaraciones de testigos presenciales y supervivientes, así como documentación relativa al expolio e incautación de bienes muebles, inmuebles y cuentas bancarias pertenecientes a este sindicato. Claro que la CNT quiere participar en un homenaje a las víctimas del franquismo pero en un homenaje, no en un lavado de cara partidista, que quede claro.
La última Ley de Memoria Histórica ha sido criticada por diversos organismos internacionales, es claramente insuficiente pues no busca la justicia de las víctimas, de hecho el estado se niega a extraditar a los asesinos del franquismo amparándose en la maldita ley de amnistía de 1977. Es insuficiente porque deja en las manos de los familiares la exhumación de sus seres queridos, es insuficiente porque no hace una investigación seria de lo que fue esa durísima etapa de nuestra historia reciente. Es insuficiente porque no anula las sentencias de los tribunales franquistas. En definitiva, no busca la verdad, la justicia o la reparación de las personas y organizaciones golpeadas por el franquismo. Nosotros no apoyamos esa ley pues es una humillación a la clase trabajadora, otros no sólo la apoyan sino que fueron precursores de ella.
Estamos de acuerdo con buena parte del trabajo que realizan muchas organizaciones memorialistas que hacen una labor encomiable, algunas sin necesidad de recibir subvenciones públicas, algo que nos parece importantísimo. Porque es absurdo que se edite información sesgada con dinero público, que haya personas que vivan de esto, mientras que las organizaciones y la mayoría de las personas que son realmente las víctimas de esa etapa no han sido resarcidas de ningún modo.

No somos mercancía que se venda, somos lo que somos y no lo que quiere que seamos.

ASAMBLEA DE LA FEDERACIÓN LOCAL DE SINDICATOS DE LA CNT-AIT DE VALLADOLID

CNT viene trabajando y luchando desde la misma muerte del dictador para que se dignificase a las víctimas del franquismo, para que se juzgase a los criminales y por supuesto se compensara en igualdad de condiciones que a las demás organizaciones históricas su patrimonio expoliado durante y después de la guerra.
De hecho CNT, que tiene funcionando un grupo para trabajar en la memoria histórica, es parte denunciante en el proceso abierto en Argentina contra varios cargos políticos del franquismo y el testimonio de nuestro compañero Félix Padin (fallecido recientemente) ha sido una de las pruebas fundamentales para imputar a estas “personas”. El sindicato CNT ha presentado este martes en Argentina una denuncia contra los crímenes del franquismo, dentro del proceso que se tramita en ese país contra el genocidio cometido por el régimen entre 1936 y 1977. De este modo, la central anarcosindicalista se suma a las acciones emprendidas ante los juzgados de Buenos Aires por parte de familiares de víctimas, asociaciones de recuperación de la memoria histórica y otras entidades.
Según ha destacado CNT, “la legislación internacional en materia de derechos humanos define como crímenes de la humanidad, y por tanto imprescriptibles, una serie de supuestos –asesinato, tortura, desaparición forzada o esclavitud, entre otros- que el franquismo cumplió en su totalidad”. En tal sentido, sostiene que “la llamada ’Ley de Amnistía’ de 1977, aprobada con los votos a favor del PSOE, PCE y PNV, fue en realidad una ley de punto final que garantizó la impunidad de los autores intelectuales y de los ejecutores materiales de gravísimas violaciones a los derechos humanos”.
En este contexto, CNT se ha personado como denunciante en la querella argentina contra los crímenes del franquismo “aportando miles de nombres de sus militantes represaliados por el franquismo, testimonios y declaraciones de testigos presenciales y supervivientes, así como documentación relativa al expolio e incautación de bienes muebles, inmuebles y cuentas bancarias pertenecientes a este sindicato”.
En 1936, este sindicato contaba con cerca de 1.7000.000 afiliados, cifra que incluso se incrementó durante el conflicto. Transcurridos ya casi tres cuartos de siglo del golpe militar”, la organización anarcosindicalista ha proporcionado datos sobre “los desgarradores impactos que supuso ser cebo preferente de la acción represiva de dicho régimen totalitario”. Existen estimaciones del total de represaliados por el levantamiento militar y la dictadura: 50 mil fusilados, 73 mil asesinados en retaguardia, 30 mil desaparecidos, 500 mil internos y 10 mil fallecidos en campos de concentración, 300 mil encarcelados y un número indeterminado de violaciones, raptos y robos de niños.
No en vano, a lo largo de sus más de 300 páginas la denuncia desglosa los capítulos de la represión sufrida por el anarcosindicalismo desde los primeros momentos del golpe hasta los encausados en el famoso Tribunal de Orden Público (TOP), “incluyendo los asesinados, desaparecidos y torturados, así como los campos de concentración, los batallones de trabajo y las fosas comunes que el estado español sigue aún sin reconocer y dignificar”.
Esta organización ha destacado que el Estado “ha recibido sucesivas amonestaciones de instancias internacionales para que declare la Ley de Amnistía de nulo derecho y dé los pasos necesarios para la constitución de una comisión de la verdad. Sin embargo, “37 años después de morir el dictador, las víctimas siguen desamparadas y los crímenes impunes”. “La propia Ley de Memoria Histórica –ha subrayado- es otra ley de punto final, tal como la cataloga Amnistía Internacional”.
Para más información sobre el posicionamiento de CNT en relación a la Memoria Histórica: http://memoriahistorica.cnt.es/documento-base-sobre-el-posicionamiento-de-cnt-en-relacion-a-la-memoria-historica

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