lunes, 13 de marzo de 2017

[BURGOS] La Asamblea de Gamonal denuncia un “burdo montaje policial” en el juicio por la lucha contra el bulevar




Tras las declaraciones de los policías el pasado jueves en sede judicial, la Asamblea de Gamonal publica este informe del Grupo de Apoyo a las personas encausadas.




Informe del Grupo de Apoyo a las personas encausadas de la Asamblea de Gamonal:
El jueves pasado pudimos asistir a las declaraciones de algunos de los policías que efectuaron las detenciones de los chicos procesados por los incidentes acaecidos en Gamonal. La vista se había suspendido el día anterior porque el jefe de uno de los grupos de policías había relatado como habían recibido información y descripciones de agentes de paisano, y que éstas habían sido claves para efectuar las detenciones de varias personas. Se tratarían de unas comunicaciones que podrían ser relevantes en la defensa de los acusados y de las que se desconocía su existencia.
El juez suspendió la vista hasta que se pudiera acreditar la existencia de las grabaciones con estas comunicaciones. El Cuerpo Nacional de Policía respondió que no tenía ningún tipo de prueba. Sin embargo, según lo testificado por este inspector, sí que se produjo dicha comunicación entre agentes uniformados y de paisano. Por lo tanto resulta muy sospechoso que una prueba que podría resultar clave en la absolución de los procesados, “casualmente”, ahora no aparece. Al no acreditarse la existencia de dicha prueba, el juicio se reanudó con la declaración de éste y otros policías.
Podemos decir que las declaraciones de estos agentes fueron un cúmulo de contradicciones y falsedades. Comenzaron una versión de su actuación en la que se aseguraba que habían detenido a una serie de personas que previamente habían atacado a la policía y provocado altercados. Para apuntalar su testimonio simplemente describen lo difícil que es su trabajo, o bien se arrogan la veracidad de sus versiones dado que como autoridades tienen más credibilidad que otros que no son agentes del orden. Y el resto del mundo debemos creerles. Ante las preguntas de la fiscalía los policías aparentan seguridad, relatan de forma breve como realizan las detenciones y justifican sus intervenciones con bastante aplomo.
El problema para estos policías comienza cuando desde la defensa se confronta su relato con pruebas documentales como fotos, horarios, testigos presenciales y sobre todo el vídeo aportado por TVE. Como ejemplos enumeramos algunas de las contradicciones y mentiras que afloran durante esta sesión:
  1. Los policías habían justificado su intervención y las posteriores detenciones porque en la confluencia de C/ Vitoria y C/ Fco. Grandmontagne había una barricada desde la que varios jóvenes les arrojan piedras. Al visionar las imágenes grabadas por TVE en el lugar y en los instantes previos a la detención, descubrimos que ni los chavales ni la barricada aparecen por ningún lado.
  2. Igualmente, a esa hora los policías describen la C/ Vitoria como el escenario de fuertes enfrentamientos que obliga a los grupos de antidisturbios a actuar. De nuevo las imágenes de televisión contradicen el relato policial al mostrar una calle llena de gente paseando, de personas haciendo fotos a los bomberos, de curiosos que sacan fotos de desperfectos y algún resto humeante que son el resultado cierto de unos altercados que han tenido lugar varias horas antes.
  3. Al igual que harán más tarde testigos presenciales, estas y otras imágenes desmienten el guión policial al mostrar una calle tranquila, con bares abiertos, con mucha gente en las aceras comentando los sucesos. Y lo más importante, en ningún momento se observan enfrentamientos o altercados que justifiquen las cargas y detenciones que unos instantes después se producen.
  4. El subinspector al mando de la carga en ese momento asegura que las personas que son detenidas forman parte de un grupo (que no aparece en ninguna imagen) y que les habían arrojado piedras y botellas desde una barricada (que tampoco existe en las pruebas audiovisuales). Asegura que en ningún momento pierde el contacto visual con los acusados hasta que los interceptan. Este agente es incapaz de reconocerse a sí mismo ni a los detenidos en la pantalla. Y de repente la seguridad demostrada al justificar las detenciones se viene abajo cuando ni siquiera recuerda a uno de los detenidos que camina ayudado por muletas y que difícilmente puede atacar y huir a la carrera como está reflejado en su atestado. Incluso llega a cuestionar las imágenes de TVE cuando es incapaz de explicar la calma existente que en modo alguno justifican la carga contra las personas que en corros charlan tranquilamente en las aceras.
  5. Cuando los antidisturbios inician la carga, muchas personas que hasta entonces estaban paradas tranquilamente salen corriendo en dirección contraria por temor a ser agredidos por los antidisturbios. La gente desconoce que corre hacia otra dotación de policías que permanecía emboscada en una de las calle paralelas y es en ese momento en el que los efectivos cazan a varias personas que trataban de ponerse a salvo. Cuando se le pregunta al inspector por qué desarrollan esa estrategia envolvente para detener a gente en unos momentos de evidente calma, él niega haber planeado esa emboscada, ni siquiera reconoce coordinarse con el otro grupo. Y otra vez se reafirma en que actúa movido por el hecho de ser atacado con piedras por un grupo de jóvenes que no aparece ni en las imágenes ni en las declaraciones de los testigos presenciales. Todo ello desde esa barricada que nadie ve, por lo que se interpreta como imaginaria, al igual que el grupo juvenil agresor.
  6. El segundo policía en testificar estaba en el grupo que esperaba oculto y tiene como objetivo táctico cazar a las personas que huían de la carga iniciada en dirección contraria. A los pocos minutos de empezar a hablar ya contradice a su compañero. Confirma que ambos grupos acuerdan y coordinan esa emboscada, con el objetivo de detener alborotadores. Este segundo agente también afirma que los detenidos han cometido los delitos que se les imputan y la cosa adquiere tintes surrealistas cuando se constata con la ayuda de un plano la imposibilidad que este agente tiene para ver nada desde su posición, dado que los “supuestos delitos” tienen lugar en una calle paralela a la que él se encuentra, y entre ambas median manzanas de edificios de bastante altura.
Familias con niños en actitud pacífica frente a la policía nacional y local en enero de 2014 en el barrio burgalés de Gamonal. Foto: burgosdijital
Familias con niños en actitud pacífica frente a la policía nacional y local en enero de 2014 en el barrio burgalés de Gamonal. 
Foto: burgosdijital 

Estos son algunos ejemplos, pero lo cierto es que hubo muchas más. Durante varias horas el relato de estos agentes resultaba grotesco. Choca continuamente con pruebas contundentes que sistemáticamente tumban una versión ficcionada de los hechos ocurridos aquel 10 de enero de 2014.
El clímax de esta jornada de juicio se alcanzó cuando el subinspector nos informó al tribunal y a los allí presentes sobre su trayectoria profesional. Concretamente este subinspector dijo “que estuvo trece años destinado en el País Vasco, donde vio arder a Fernando Buesa y Jorge Díaz Elorza en un atentado terrorista y aseguró que jamás vio lo que pudo ver en la calle Vitoria de Gamonal”. Este fragmento ha sido reproducido aisladamente en muchos medios de comunicación. Creemos que para darle una dimensión clara a este episodio, es necesario contextualizarlo en lo narrado anteriormente. Así, lo interpretamos como la reacción de una persona frustrada por verse atrapada en su propia red mentiras, acorralado durante horas por pruebas contundentes y qué decide jugar esta especie de “comodín del público” como baza a la desesperada.
Como ya hemos perdido la cuenta de los intentos de criminalizar el movimiento surgido en Gamonal, ya no nos sorprendemos, podríamos decir que a estas alturas nos provoca más hastío que enfado. Sabemos que desde el Ministerio de Interior o la subdelegación del gobierno no están dispuestos a innovar en sus discursos, pretendiendo retorcer una realidad tozuda. Recordemos como ya hace tres años los comunicados del Director de la policía y el ministro Jorge Fernández eran un continuo intento de criminalización de las personas detenidas y de todas aquellas que participaban en las movilizaciones. Un día nos convertían en grupos de kale borroka llegados del País Vasco. Al siguiente éramos una especie de guerrilla urbana venida desde ciudades de todo el país para hacer “turismo de altercado” en Burgos. Estamos convencidos de que la opinión pública dejó de “comprarles” ese discurso hace mucho tiempo, ni para Gamonal ni para cualquiera de las múltiples y dignas luchas existentes.
Sin embargo este capítulo tiene unos componentes aún más mezquinos por el lugar en el que se da. Resulta demasiado perverso cuando se entiende que el objetivo es persuadir emocionalmente al tribunal. Intentar por cualquier medio lograr una condena ejemplarizante, aunque se acredite sobradamente que estos chavales jamás participaron en aquellos hechos.
Un castigo que ha estado implícito en el propio proceso judicial. Una condena que han cumplido sobradamente durante los tres últimos años de incertidumbre, de miedos, ansiedades, de medidas cautelares y temor a un futuro próximo que continuamente cancelaba los planes de 18 jóvenes.
Queda claro que lo que algunas personas entendemos por JUSTICIA está demasiado lejos de algunos procesos y actuaciones que no por estar amparadas por la ley dejan de ser injustos. Exigimos, una vez más, la absolución de los 12 jóvenes encausados, más aún teniendo en cuenta la farsa que han intentado montar los policías con sus testimonios.

Fuente: Ultimo Cero

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