
Quedó un local vacío, convertido en un activo inmobiliario, es decir, en puro valor de cambio. Nosotras lo hemos abierto al barrio y lo hemos llenado de vida, obstaculizando su venta especulativa, es decir, lo hemos transformado en puro valor de uso. Toda okupación de interés social tiene esta vertiente económica que en La Canica nos gusta acentuar: es una subversión profunda de las relaciones de propiedad. Se podrá objetar que un espacio okupado recobra su valor de cambio y su estatus de propiedad privada en cuanto nos desaloja a palos la policía, pero las relaciones de propiedad no afectan a un local concreto sino a las personas que lo compartimos. De ahí el lema “un desalojo, otra okupación”, que no es más que una urgencia psicológica, el impulso vital de quienes queremos continuar experimentando con fórmulas de propiedad comunitarias, basadas en el uso, la solidaridad y el libre acuerdo asambleario. Cualquier forma de adquisición de espacios sirve para ensayar relaciones de propiedad comunitarias: expropiación, donación, cesión, alquiler, compra… En La Canica, sin ir más lejos, también tenemos previsto ensayar la compra como forma de adquisición de propiedades y un 50% de los euros que se intercambian en la comunidad se destinan a un fondo específico para colectivizar por esta vía medios de producción. Pero quizá la forma de adquisición que permite experimentar con más alegría la socialización sea la expropiación, por aquello de que sabe mejor una manzana robada a un ladrón que una comprada.
Tiene su carga simbólica la elección del sitio. Hace sólo un par de años, en la misma oficina donde hoy nos reunimos para hablar de una moneda alternativa al euro, las compañeras de la Asamblea de vivienda de Lavapiés y de la PAH estaban negociando con directivos de Bankia la paralización de los desahucios de varias vecinas del barrio.

En este sentido, el banco expropiado es sólo un suceso más de un proceso imparable de autogestión en el que estáis invitadas a participar. Por cierto, todos los proyectos usuarios del banco expropiado se organizan en Asambleas periódicas, donde nadie es más que nadie y todas las decisiones se toman por consenso. La Canica fue la comunidad que promovió y preparó la expropiación. En atención a este origen, se ha mantenido el nombre “banco expropiado La Canica” pero el banco expropiado es de todas. Y de vosotras también cuando queráis.
Estamos en la calle Huerta del Bayo, 2, esquina con la calle Embajadores.
¡Venirse!
bancoexpropiado.lacanica@gmail.com
canica@riseup.net
Informa: Todoporhacer.org
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