Juan Larrinaga y Tário Rubio volvieron a un campo de concentración de oscuros recuerdos, 75 años después, una mañana soleada, junto a familiares de otros prisioneros, procedentes algunos de Catalunya, Málaga y el Estado francés. El Consis- torio, en nombre de los urduñarras, les pidió perdón. Un monolito mantiene viva su memoria.
Foto y enlace de la noticia completa del diario GARA :
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