El conflicto urbanístico generado por la remodelación de la Plaza
de Toros de Burgos ha entrado en una nueva fase, más tensa y compleja
si aún cabe. Ante la imposibilidad de encontrar una vía de dialogo con
los representantes del consistorio burgalés, la
Asamblea contra la Especulación Urbanística hizo llegar
ayer jueves 23 de octubre sus reivindicaciones ante las propias puertas del edificio Promecal,
propiedad del empresario Michel Méndez Pozo, en una manifestación que
concentró a varios centenares de personas. Pero el conclicto no deja de
deparar sopresas y está lejos de atisbarse en el horizonte su pronta
conclusión.
El colectivo social, que surge como movilización ciudadana ante la
esperanza de que el proyecto faraónico ideado por el Ayuntamiento de
Burgos pueda ser detenido y su inversión destinada a gastos sociales,
planteó una serie de reivindicaciones que pasan por
la desmilitarización de las inmediaciones del coso burgalés,
la paralización de la obra y el sometimiento de la misma a una consulta popular,
consulta de mayor calado representativo que la mera encuesta telefónica
elaborada por el ayuntamiento como ejercicio de autojustificación.
Desde el
Grupo Inmobiliario Río Vena, una de las
empresas que componen la UTE a la que fue adjudicado el proyecto, se ha
puesto en marcha una nueva estrategia que, a pesar de su pretendido
carácter efectista no es para nada novedosa. Antonio Miguel Méndez Pozo
vuelve a utilizar como escudo humano a sus trabajadores, como ya hiciera
hace ya más de dos décadas en el denominado
Caso de la Construcción de Burgos, o más recientemente en el
conflicto del Bulevar de Gamonal, refugiándose detrás de ellos para desviar la atención sobre las causas reales que han originado este conflicto.
Como si de una partida de ajedrez se tratase, el empresario dispone
en primera línea a sus trabajadores como peones a los cuáles no
importase sacrificar en un movimiento envolvente que le preserve de toda
crítica. Michel juega una vez más a representar el papel de mecenas y
prohombre que promociona el empleo cuidando se sus trabajadores, pero la
realidad deja entrever la estrategia maquiavélica de un magnate que no
duda en convertir en carne de cañón a sus asalariados con tal de
preservar sus intereses especulativos.
El movimiento de contestación a la remodelación de la Plaza de Toros
de Burgos está elaborando de manera asamblearia y horizontal el
calendario de las nuevas movilizaciones que se llevarán a cabo en esta
nueva fase del conflicto, asambleas abiertas que, frente a la artillería
mediática y cortinas de humos desplegadas por
El Jefe,
representan el amplio sentir popular de gran parte de los habitantes de
Burgos. Muchos burgaleses no están dispuestos a pagar los platos rotos
de una nueva maniobra destinada a engrosar la cuenta corriente de los
mismos de siempre y continúan una movilización en cuyo horizonte aún no
se vislumbra su pronta conclusión.
Modesto Agustí
extraido de Diario de Vurgos
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