El
diario “Solidaridad Obrera” (cuando no estaba prohibido por la censura
de los Gobiernos de Madrid y Barcelona, de la excelsa democracia
burguesa republicana, tan cloacal, como la actual, si bien real y
borbónica), la Soli es un espejo implacable, una herramienta
imprescindible para entender el desarrollo de la práctica de la acción
directa hasta su culminación en la autogestión (y antes en Mujeres
Libres).
Y es a la par la consolidación y el desarrollo, paralelos, de una
cúpula polifacética que iba a reinventar (durante los años de guerra) la
“necesidad-necedad de una supeditación de las afiliación a las órdenes
de la clarividente dirigencia”, o sea el perfecto desprecio a las
enseñanzas de los compañeros rusos como Makhno, Archinov, etc.
Frank, 14.08.2013.
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