MEMORIA
| REPASAMOS LOS HITOS EN LA TRAYECTORIA DEL ÓRGANO DE LA CONFEDERACIÓN LIBERTARIA
La andadura de la prensa sindical ha sufrido múltiples
vicisitudes: represión, persecución y exilio. A pesar de
todo, hoy sigue editándose como herramienta de lucha.
- ELECCIONES. Cabecera de ‘CNT’ llamando a la abstención en 1933.
El 14 de noviembre de 1932 aparecía
por primera vez en Madrid el periódico
CNT. Concebido como “Órgano
de expresión de la Confederación
Nacional del Trabajo”, podía ser uno
más entre los miles de periódicos que
los anarquistas editaron en España
(“si se juntan dos anarquistas hacen
un periódico”, decían). Sin embargo,
la importancia del CNT estriba
en otros aspectos. Era el reflejo de
una incipiente CNT madrileña, que
con la proclamación de la Segunda
República había comido terreno a la
que históricamente era la central sindical
de Madrid, la UGT. Sobre todo
en dos sectores: camareros y construcción,
este último clave para los
socialistas madrileños.
Igualmente,
la nueva cabecera ganó protagonismo
frente al que hasta ese momento
era el periódico de referencia de los
libertarios y de la extrema izquierda
republicana: La Tierra. Estamos ante
un periódico de clara implantación
madrileña, pues los órganos por excelencia
de los anarquistas de aquel
momento son Solidaridad Obrera y
Tierra y Libertad. Su primer director
fue el asturiano Avelino González
Mallada y era de tirada diaria.
La temática del periódico CNT durante
la República es muy clara: defensa
de los valores del anarcosindicalismo
y denuncia de las políticas
que el gobierno republicano-socialista
está llevando, que consideran insuficientes
para la mejora de la clase
obrera en España. En sus páginas se
pueden seguir todos los conflictos
que surgen a lo largo de 1933, con
especial atención a los sucesos de
Casas Viejas o el llamamiento al boicot
electoral en noviembre de 1933.
Muchas plumas que escribían para
La Tierra pasan a ser colaboradores
del periódico confederal.
La victoria de la derecha en 1933
y las políticas regresivas que comienzan
a desarrollar desde entonces
tienen una contestación en el
diario. El apoyo a los numerosos
conflictos, como las huelgas de la
construcción, de camareros y la
huelga general de octubre de 1934,
se refleja en sus páginas. Y es precisamente
la represión generada tras
la derrota de la huelga general de
octubre de 1934 lo que liquida la primera
época del diario confederal.
Podría haber acabado ahí la historia
del CNT. La victoria del Frente
Popular en febrero de 1936 no significó
el regreso del diario. Sin embargo,
el golpe de Estado contra la
República el 18 de julio de 1936 animó
a los libertarios madrileños a volver
a sacar nuevamente la cabecera.
A partir del 24 de julio el tabloide
volvió a estar en las calles de Madrid,
al incautar las rotativas del diario
ultraconservador El Siglo Futuro.
Dirigido en ese momento por José
García Pradas, en sus páginas escribieron
las plumas más importantes
del anarcosindicalismo español. No
caminó en solitario el órgano confederal
en Madrid. En 1937 surgiría
una nueva cabecera, Castilla Libre.
Y así, junto a otras como Campo
Libre o Frente Libertario, en formato
diario y con variación de páginas, el
CNT fue fiel hasta el final de la
Guerra Civil.
Sobreviviendo al exilio
Pero la derrota de la Guerra Civil significó
el exilio y la represión para todos
los integrantes del movimiento
libertario. El CNT pasó a la clandestinidad.
En un momento complicado
para la historia del anarquismo, en el
que la contribución de sangre en la
lucha contra la dictadura fue enorme,
surgieron multitud de cabeceras
con el título de CNT, que duraban poco
tiempo. A medida que caían los
distintos comités nacionales de la
CNT, leer la prensa confederal era
más difícil. Aun así innumerables cabeceras
recorrían las ciudades españolas
de forma clandestina. El CNT
llegó a tener una tirada de 12.000
ejemplares en 1945. Pero la represión
y la división en la que se vieron
inmersos los libertarios hicieron que
poco a poco se fuera fragmentando
su visibilidad, que aún en la década
de 1960 era de gran importancia.
Junto a la edición clandestina en el
interior, también se desarrolló una
edición en el exilio confederal. Pero
las políticas del general Charles de
Gaulle, que tendieron a la represión
contra las estructuras de las organizaciones
españolas exiliadas, hizo
desaparecer el CNT, que pasó a denominarse
Espoir, con sede en
Toulouse.
Tras la muerte de Franco y la vuelta
de parte de los exiliados, la cabecera
volvió a aparecer y cubrió las
noticias más importantes del anarcosindicalismo
en aquellos momentos:
el mitin de San Sebastián de los
Reyes, la legalización en mayo de
1977, el mitin de Montjuic, el caso
Scala, las jornadas y el V Congreso
de 1979. La ruptura y escisión provocaron
que se publicase de forma irregular
hasta la llegada de la década
de 1990. Desde entonces CNT tiene
una periodicidad mensual (durante
un tiempo fue quincenal).
Las vicisitudes por las que pasó el
periódico no son muy distintas a las
que se pasaron en otros periódicos
de la época como Mundo Obrero, El
Socialista, Claridad, Nuestra bandera,
etc. Muchos de ellos aun siguen
existiendo, si bien sus formatos han
cambiado mucho. Mientras CNT
continúa siendo tal y como se concibió,
el resto de publicaciones no han
pasado de ser boletines internos (como
el caso de El Socialista). Quizá
sólo Rojo y Negro de la CGT mantenga
una línea similar. CC OO y UGT
tienen boletines internos que rara
vez pasan más allá de sus afiliados (y
a veces ni eso). El CNT sigue manteniendo
la esencia y aún se puede localizar
en algunos kioscos.
ILUSTRES
COLABORADORES
En sus páginas escribieron las
plumas más importantes del
anarcosindicalismo. Lucia Sánchez
Saornil (fundadora de Mujeres
Libres), Juan Gallego Crespo,
Abraham Guillén o Eduardo de
Guzmán, entre otros. Incluso
anarquistas internacionalmente
conocidos como Emma Goldman
o Rudolf Rocker escribieron en
sus páginas.
Pero destacamos a
tres cronistas: Elías García, fallecido
en Córdoba en 1937, y que
era cronista de los frentes del sur,
Manuel Zambruno Barrera
(Nobruzán), que tuvo crónica casi
diaria, y Mauro Bajatierra Morán,
con diferencia el mejor cronista
de guerra del conflicto civil español
y una de las primeras víctimas
del fascismo en Madrid en marzo
de 1939. El periódico aglutinó
durante ese período a los mejores
fotógrafos, a importantes poetas
como Antonio Agraz o a dibujantes
como Coq (Gallo) o Alejo.
Julián Vadillo / Redacción
Jueves 29 de noviembre de 2012.
Número 186 Periódico diagonal
+info: Diagonal
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